Siida, en Inarintie 46, cuesta 5 €
y abre de 9 a 20 h. Ofrece una detallada perspectiva general de los lapones y su entorno y se
compone en realidad de dos museos entrelazados. La sala principal consta de una
exposición sobre la ecología del norte de Laponia según las estaciones. En el
centro de la sala se ofrece información detallada sobre los lapones, desde la
época de su vida seminómada hasta la actualidad. Una sala adyacente muestra una
cronología en la que se encuadran la prehistoria y la historia de los lapones
con referencia a otros acontecimientos mundiales. Otras dos salas albergan
exposiciones temporales de artesanía y tradiciones.
En el exterior se halla el museo original, un
complejo de edificios al aire libre que refleja la vida de los lapones después
de su período nómada. En su mayoría son edificios originales traídos hasta aquí
y entre ellos se incluyen granjas, cabañas de almacenamiento y un palacio de
justicia.
Después de
la comida compro para el camino en cualquiera de los supermercados pues si aquí es caro, en Noruega es muchísimo
más (los noruegos vienen aquí a hacer sus compras). También lleno el depósito
del coche que son 10 €.
En la
carretera compro un salmón ahumado por 12 € y en la tienda pan por 1,10 €,
salchichas cocidas 2,50 € y 1 litro zumo 1,50 €.
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Accedo a la isla Mageroya a través de este
túnel que la conecta con uno de los extremos del fiordo de Porsanger. Es
profundo, con un desnivel del 10 % y cruza por debajo del mar hasta Cabo Norte.
Su iluminación es muy tenue y no está revestido de hormigón, lo que hace que
impresione un poco. Son más de 3 Km. de bajada y otros tantos de subida. A la
salida está la cabina del peaje.
Se inicia la subida a Cabo Norte por una
carretera muy buena, con un desnivel continuo del 9%. La vegetación es propia
de la tundra y, pese a la aridez del paisaje, crece gran cantidad de vida
vegetal en los meses de verano, pequeñas flores blancas y rosas compiten con
los líquenes por un centímetro del suelo. Algunos neveros todavía guardan nieve
en las zonas más sombrías.
Por fin llego a Nordkapp con sus coordenadas
de 71º 10' 21'', es el punto más al norte del continente europeo. Con la
clavada que me espera ya procuran señalizarlo bien para que no me pierda.
La entrada es 245 NOK por persona (29,13 €), con este precio tienes derecho a
permanecer dos días o subir y bajar durante ese tiempo.
Nordkapp fue descubierto por el explorador
inglés Richard Chancellor en 1553 pero no es hasta la construcción del
monumento dedicado al Globo Terrestre cuando se ha convertido en el icono más
conocido de Cabo Norte, siendo uno de los lugares más fotografiados del mundo.
En la entrada al centro de interpretación se
encuentra el monolito levantado en 1873 por el rey Oscar II para señalar el límite
más septentrional de Europa. También vino el rey de Thailandia Chulalongkorn en
1907 y dejó su nombre inscrito en una piedra sobre la cual se construyó el
complejo de atención a los visitantes.
Otro de los monumentos son los niños de la
tierra, levantado recientemente en 1989. Se trata de unos medallones con el
lema: la cooperación, la amistad, la esperanza y la alegría por encima de todas
las fronteras. A su lado está la escultura que representa “Madre e hijo”.
La capilla de San Juan está levantada para un
culto interreligioso y es de 1990, con un estilo modernista.
Un gran cine de 125º nos muestra un precioso
film rodado entorno a Cabo Norte en las cuatro estaciones del año.
Mientras veo todo esto y como algo de lo que
compré hago tiempo hasta la media noche.
La gran esfera marca el punto de las
coordenadas, y momentos antes se agrupan multitud de japoneses para fotografiar
el instante mágico.
Nada más pasar 5 minutos de las 12 de la
noche y de forma automática, desaparecen todos los autobuses llevándose consigo
a todos los turistas japoneses, quedándose aquel lugar para disfrute de los demás.
El sol sube tan rápidamente que hay la misma
luz que en España a las 5 de la tarde.
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Paso junto
al bonito pueblo de pescadores Honningsvåg
y haciendo valer la ley de Noruega de libertad de acampada, a la altura de Olderfjord buscos un sitio tranquilo
para descansar un poco pues es de madrugada y tanta luz distorsiona el “reloj
biológico del organismo”.
Lo que he
comprado antes de salir de Finlandia sirve de cena, desayuno incluso la comida
del día siguiente porque si Finlandia es cara, Noruega lo es mucho más.
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